Cada lectura se disfruta al menos desde un punto de vista. En este caso esta obra me ha parecido un poco aburrida, no demasiado brillante viniendo de quien viene. Pero me toca tan de cerca la localización alpujarreña que he disfrutado imaginando todas esas escenas en uno de los principales lugares de mi infancia. Nunca había leído una obra ambientada en tierras alpujarreñas y aquí las descripciones que se hacen de ella son bellas aunque poco específicas. Me ha gustado también que la perspectiva de Calderón no sea precisamente monárquica, y que los moriscos adquieran un protagonismo sin precedentes. Hay momentos de gran intensidad y otros de mucho humor, como cuando Al-Cuz-Cuz dice llamarse Arroz a un cristiano. Pero en general no me ha hecho vibrar demasiado.
Empiezo una serie de lecturas de obras de Calderón, del cual solo conocía La Vida es Sueño por haberla visto en un teatro. La historia de Luis Pérez es al principio un poco compleja pero va ganando fuerza y claridad con el tiempo. Acostumbrado a los pocos cambios de lugar de Lope, en esta obra hay constantes saltos geográficos que no me quedaban claros a la primera. Los versos son de gran calidad, aunque esperaba algo de más nivel filosófico. Quizás no todas sus obras sean del calado de la que ya conocía...
Esta es de momento la última obra de Lope que me leo tras una larga devoción al fénix del teatro. Una vez más tenemos una obra llena de gracia y versos inspirados con una historia de amores y faldas. Belisa es uno de esos grandes personajes femeninos que queriéndose superiores al amor acaban sucumbiendo en él de forma estrepitosa. Una historia divertida y ligera, que no es poco.
Una obra magnífica llena de toques morales pero hechos con bastante gracia. Casi una utopía el pensar en un hombre con tanta integridad y en una mujer capaz de verla y apreciarla... Muy entretenida y llena de versos sublimes y verdades como puños. La historia de dos hermanos diferentes como la noche y el día, lejanos entre sí por una inmensidad.